Si me tomo esto como otro proyecto, digo que es de los que más contento me tuvo, me tiene y me tendrá.
Se casaban mis amigos y querían que yo les hiciera las invitaciones. Lo tomamos como si fuese un proyecto para sacar adelante una marca y creo que no nos lo pudimos tomar mejor porque el resultado fue muy bonito. Tanto ellos como yo somos cinéfilos/seriéfilos, nos gustan las cosas frikis y quisimos juntarlo todo.
El resultado fue una invitación que pensamos en hacer como el cartel de una película de comedia romanticona. Hicimos las fotos, las retoqué, añadí detallitos (tanto en ellos como en el diseño), de ahí sacamos el diseño para la botella, las minutas, meseros, kits anti-resaca… nos flipamos un poco pero funcionó muy bien, y la boda mejor aún.